martes, abril 23, 2024

Historia de un adiós

 

Just Wanna Forget You  – MARO 

Una motocicleta vespertina
despierta todos los fantasmas
ante un sol que intenta alejarse.
Ángela dice adiós,
con decisión arrastra una pequeña maleta
—algo de ropa y unas pocas mudas—.
Dice que ya no hay fondo que contenga
tanto dolor, que las desdichas van
y las alegrías no vienen.
El ruido de la tarde
apaga los pasos de su huida,
tal vez cierta esta vez.
Ángela interpreta una escena,
un futuro recuerdo que quedará, quizá,
grabado sobre mármol,
aunque ahora piense que en otra vida
posiblemente repetiría cada paso,
todo ese pasado, todo lo dicho
entre laberintos y pesadumbres.
Una motocicleta vespertina
despierta todos los fantasmas;
tú y yo en tantos territorios inhóspitos
intentando borrar memorias
grabadas sobre mármol.

 

 abril 20, 2024


jueves, abril 11, 2024

Caños de Gúdar

 

Jóhann Jóhannsson  – A Model Of The Universe

Donde los niños y sus ojos lúcidos
recorren todos los rincones
persiguiendo la sustancia de un sueño,
y no hay oscuridad, ni frío,
sólo el tiempo que nada espera
porque todo vendrá.
Pasarán los relojes
y aquello, en algún lugar recóndito
de nuestro cerebro, seguirá intacto.
Hoy quieres rescatar aquel instante,
pero se te hace imposible: la luz
es una vela que agota su altura.
Para entenderlo es preciso volver,
saltar desnudos sobre los colchones,
sacudir el polvo con una vara,
sorprenderse de nuevo
con los colores de una mariposa,
envolverse con el perfume
limpio de unos brotes silvestres,
como esas diminutas flores
que allí recolectábamos.
Intento encontrar una grieta,
una sílaba de un recuerdo.
Qué difícil preservar un recuerdo.

 abril 11, 2024


sábado, marzo 30, 2024

Planes de lluvia

 

Rain Plans  – Israel Nash

 

Consigues lo que quieres
y dejas de quererlo.
 
Más allá
dejas de buscar qué querer;
abandonas la idea de necesitar algo
y pretendes renunciar a tu abismo,
a esa película de perdedores
que protagonizas a tiempo total.
 
Es así cada vez. De nuevo
reivindicas la mejor manera
de no mirar a nadie,
de fingir que todo está bien.
 
A pesar
de la sangre en tus manos,
a pesar
de esa música de tango que ruge
por las esquinas, sabes
que esto no es una confesión,
 
que al final sigues aquí,
pretendiendo algo
que alguna vez quisiste,
algo que, aún te dices,
dejaste de querer.
 
 

marzo 30, 2024


jueves, febrero 29, 2024

2024, febrero

(I)

El sol vespertino en las hojas de la dárcena; restos aún vivos del último regalo del día de la madre. La planta, desde el centro de la mesita, casi orgullosa, mira hacia poniente. Busca la luz, el milagro que trae la vida, una vida que necesita muy poco: tan sólo unos puñados de tierra, unas gotas de agua y los rayos de una luz en retirada.

Cuanto más miro hacia dentro, afuera encuentro un sol anaranjándose, una planta, una naturaleza muerta, un bodegón impartiéndome lecciones de vida. (Lecciones de vida).
 

 
(II)

Había momentos en los que parecíamos desconocidos contemplando el discurrir del sol: tú, tumbada en el sofá, lees noticias en el móvil; tan sólo unas palabras, unos pocos metros, una distancia enorme. Mañana comenzaremos de nuevo: desconocidos buscando al asesino del tiempo dejando atrás el dolor a costa de seguir un guión que no saben interpretar.

Algún día amanecerá la luna sobre los edificios azules -tan delgados y maternales-. La escena se repetirá: unos desconocidos contemplando el discurrir de la luna. (Indiferencia).

(III)

Contigo pude obtener alguna certeza, algo así como constatar que nada es permanente, o que las tardes enfermizas son preludio de noches oscuras.

Leo un libro que mantiene en su contraportada un adhesivo con su precio en pesetas y euros. Un adhesivo conservado a modo de recuerdo de un tiempo de transición; como lo fueron aquellos colegios, cuarteles y universidades: escondites perfectos de la razón, lugares donde nunca encontramos respuestas, escenarios que no permiten vislumbrar lo que vendrá: esa inevitable transición, el modo en que, tan irrevocablemente, vamos siendo otros. (Otros).
 

 
(IV)

¿Dónde está el futuro que tanto anhelábamos? ¿Qué nos queda que nos permita sobrevivir? Ningún lugar nos espera. El sendero que ahora transitamos está construido con las cenizas de aquellos que nos precedieron. Cualquier ritual es una trampa, una orilla de sirenas que entonan engaños con viejas canciones que susurran tu nombre: anoche fueron unos labios; la arena; una casa abandonada después; una cama de hierro de repente; una música de violín y percusión mientras te desnudas; una mirada distante; un beso de nieve; la caza; una batalla perdida; el silencio que al final lo cubre todo. La certeza del futuro: ser como no haber sido. (Hijos del azar).

 

(V)

Una ciudad desolada, un crucigrama de calles y asfalto, de aceras y señales luminosas, lunas azules persiguiendo la vida en hospitales inhóspitos, bares donde el mundo se retuerce entre almas necesitadas y sueños; pequeñas y grandes músicas acompañando todo. Sucede cada noche. Y tú me dices de horizontes y huellas, de viajes fantásticos. Qué estúpidos somos buscando lo que llamamos amor para cubrir anteriores heridas. Sueños de medianoche, aún hermosos, que mueren contigo, cuentos, cometas fugaces, festines imaginarios volando hacia el recuerdo: esa muerte que siempre nos acompaña. (La búsqueda).

(VI)

Ojalá nunca volviéramos al lugar donde las hojas muertas cubrían las calles, donde las ambulancias resonaban sobre el oleaje y los recuerdos. 

La memoria no suelta su presa. Detrás del pasado, vientos que arrastran la hojarasca. Huele el frío, cruza con rabia la soledad. Desesperadamente nuestras huellas buscan otras horas, piensan en otros trenes, en otras nieblas, en la noche que vendrá, en la madrugada de no saber de ti, en los semáforos intermitentes que atraviesas con rapidez, de nuevo, desafiando el abismo. Lacrimosa. Mozart. Todo lo que se me ocurre decir son estupideces. (Lacrimosa). 

miércoles, enero 31, 2024

Mentiras

Sería mentira mi voz si te nombrara,
sería la quimera de un refugio
construido sobre el mar,
una casa con vistas a una playa vacía
donde lanzar guijarros planos
y ahuyentar gaviotas.
 
Otra vez te imagino en el momento cero,
incólume, lejos de aquel fantasma,
ambicionando algo de dignidad:
un tratado de latidos a cuentagotas
que pudiera contenernos más allá
y más acá de nuestros soportales.
 
Sería mentira decir que no te esperé,
decir que no hubo fingimiento
o que fue por azar aquel instante
en el que dijimos adiós
y después nada.

                                                         enero 16, 2024 

El mundo no sabe

El mundo no sabe de belleza,
es inútil intentar explicarlo:
es preciso estar roto para recomponerse.
 
Ella y tú temblando de frío
en aquel piso alquilado,
un deslunado lleno de sonidos y voces,
lejos de este lodazal, lejos de todo.
Ella y tú escribiendo y rompiendo
una y otra vez el mismo papel,
creyéndonos invencibles sobre un colchón.
 
Todo ese pasado,
esa otra historia no escrita
que nadie podrá leer ni evitar,
todo ese deambular entre crepúsculos
y hospitales recordando un abismo.
 
El corazón es la escena final de una película,
es Shane herido alejándose a caballo
hacia una no-muerte.
 

  

enero 14, 2024

lunes, enero 08, 2024

Monochrome

 

Monochrome – Yann Tiersen

El rumor lejano de unos estorninos,
el sonido del tráfico,
una cisterna que pierde agua:
la tarde se fuga a cámara lenta.
 
Ella me lleva hacia ninguna parte,
y yo, como un zombi, la sigo
hacia un final que no llega.
 
Todo en el mismo sueño de irrealidad,
como una secuencia de imágenes congeladas.
 
Los estorninos, en griterío, se retiran,
se van cruzando árboles y calles.
 
Yo sigo aquí. Viendo cómo la tierra
cambia su color lentamente
hasta difuminarse
en un compuesto monocromo.
 
El invierno comenzó hace unos días,

el frío no termina de venir 
pero el corazón es un viento helado.

   diciembre 29, 2023


jueves, diciembre 21, 2023

Double four time

                                                       Sultans Of Swing  – Dire Straits 

Nada sabemos,
pero era bello equivocarnos,
bailar entre vapores de alcohol
el último swing de los sultanes,
abrazar el lugar donde tú y yo
nos conocimos,
criaturas apesadumbradas,
amantes de la tarde y los inviernos,
prestos a partir siempre
hacia un reino sin ortografías.
 
Puedo retener entre mis manos los escombros,
la luz en el jardín de las flores salvajes,
el rastro en la nieve de un niño
—tan pequeño como imperfecto—
que creía en la vida aún
y aguantaba el dolor que sin remedio
le traía el giro del mundo.
 
Hoy celebro la ignorancia de entonces
y el sonido de aquella música
con un tiempo cuatro por cuatro.
 
Muertos que desafían el olvido.
 

                                                               diciembre 21, 2023